Oraciones de nefasto pudor calamitaban, beligeraban y emitían, vocablos de una atroz huella de mordidas pusilánimes.
Mientras, el orfebre.
Mientras, su decisión.
Mientras su desalado conflicto por unificar una tregua pujante y efímera.
Atónito, subestimé sílabas desasidas. Sílabas amorfas, sílabas asediadas.
Atónito, preclaré el asa bajo la quietud de un monosílabo olvidado y recóndito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario