Cardumen que volás hacia
lo bajo,
¿encontrás sosiegos de
numerales distraídos?
Cardumen que mordés
misantropías paganas,
¿acaso perpetuas los
iconos desmembrados?
Creo perderte,
ausentarte,
creo sostener infames
andamiajes de sulfuro incandescente.
Por esto, niega la voz de
tu ritmo.
Niega la alusión, niega
el nefasto carrusel hacia lo desmedido.
Así serás solitario pez
redundando en navegaciones;
yendo, viniendo,
anquilosando variadas tildes de vocales aguadas.
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