Hallaré un mar
penumbroso,
al emerger, al asolar, al
huir.
La niebla será acuosa,
vespertina y ruin.
Sin embargo hallaré un
desierto,
quieto, locuaz,
sonámbulo.
Una tenue soledad halló
un sendero.
Lo vi, lo veré.
Esa tenuidad variará
métodos de razón partícipe,
iracunda, fértil,
inmóvil.
Sin embargo, encumbré
una estima sobre ese desierto de miríadas de párpados presurosos.
Y el vértigo, y el
precipicio, demandarán ilusos martirios.
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