Abrigó tentáculos de
uniformes crepitantes.
Cedió el olvido,
confirmó la petulancia.
Antorchas enmascaradas
temen culminar las aguas de la espera;
máscaras de nulidad,
máscaras de
aproximaciones del cobijo.
Así, temo el vano
estupor candente y misántropo;
así, delineo fisuras de
auténticos crepúsculos.
Así termino, así abro
dedos de manos constipadas.
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