Acuarios somníferos
perplejaban inquietos.
Dormían oscuridades de
versículos inculcados,
de irrisorios embistes.
De la duda,
del rencor.
Ante la evidencia de lo
asiduo,
acuarios de aguas de
peces
presenciaban rutas hacia
un desquite preparatorio;
hacia un hábito
cercenándolos dentro de una fosa sin lagos.
La llanura, en cambio,
prepara mi asiento.
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