Cuando lo intransigente
derrota cuestiones ambivalentes;
cuando proclama su
textura y carcome su tedio,
avanza la compostura
hacia climas de anchos poderes.
Es sutil,
es tenue,
es causalismo de lógicas
preexistentes.
Y, sin relieves,
y, sin modificaciones ni
divagues,
y sobre claros remansos
aglutina el hierro con alambres de cemento.
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