Hallando sinceros
márgenes, toda osadía es éxtasis;
hallando peculiares
nombres, toda aventura muere sobre extenuadas fisuras de un
apabullante relato;
que quiebra, que maniata:
que aguarda.
Cuando la razón se
desprovee de percepciones, un arcano -diariamente- cubre las
injerencias;
y es persistente la
desvinculación, y es hueco el cerco;
el tedio, el estupor:
el roce.
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