Abunda, no sé qué haría sin
ellos:
llantos de figuras
ornamentadas trazadas vacías;
vacío rancio que paraleliza
visiones oblicuas,
un dibujo, un esquema, una ignara
sinfonía de abetos.
No sé si aguantaré detenerme,
no sé si me veré igual sin
ellos,
aunque bajo dibujos de mimbre
sé tal vez un abismo que aguarda
porque teme
la desaparición de los rasgos.
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