Habitan, son señuelos de
signos atiborrados.
Ahí, sobre tu piel; o ahí,
debajo tuyo.
Solían dejarse debajo de las
tranqueras de los cuerpos impávidos de las petulancias.
Pero ahí, sí, ahí:
sobre y debajo tuyo las
señales de tu cuerpo corresponden unísonos habitando repetirse.