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17/12/09

Los espíritus del espíritu




Espectros bajo telares conocerán su unívoca decisión. Ante estos y debajo de otros, entre sus versátiles formas y diversos enjambres; y enfrente de la emanación inicial creándolos varios.
Irán desde un rincón telárico mientras delante hayan telas reivindicándolos díscolos; demostrándolos desváricos por capturados, y en perniciosa búsqueda por sensatez intergiversable. Irán haciéndose presas de esa misma red telar desde que la partida los ha insinuado imprudentes, aunque aguerridamente proverbiales. Irán haciéndose convencidamente locuaces, deshaciendo telares entre ellos existiendo. Y la sabrán, la conocerán; sabrán la intacta ansia de escape posible deviniendo de diversas ufanaciones que en espíritus ahitará, como ha ahitado.
Bajo telares, ante y debajo de estos se hallarán siempre libres por su diferenciación, aunque no ante la principal causa motriz.
Bajo esos telares, entre estos, harán dispares apariciones resurgiendo paulatinamente sin faz ni cuerpo, sin plano ni volumen; sin visión que pudiese notarlos siquiera ante la percéptica sensibilidad de alguna araña telando mayores teatros donde poder teatralizarlos.
Y los espíritus desde un rincón hacia otro se desenvolverán, se disgregarán ignorándose congregados por una ley principal. E, ignaros, congregándose podrán resolverse legisladores de su inicial axioma. Pero cuando en vez de huir, se unan. Cuando en vez de continuar separándose se reconozcan siendo único espíritu. Única voz, único vocablo invisible: espectral, aunque dispármente.
Enfrente de la emanación inicial, el parto había desprendido un solo espectro. Una sola imagen intangible, incorpórea aunque hacedora aunque de las mismas variaciones lo haya sido.
Espectros que al haber partido del mismo inicio han sido espíritus del espíritu motriz. Una aparición unívoca, aunque plural haya finalizado; porque singular ha sido su inicio aunque no su fin. Porque un solo espíritu nunca podrá desenmarañarse solamente porque solo nada podrá hacer, más que multiplicarse. Ser pluralismo, ser diversidad. Ser bifurcaciones de su mismo cause generador, y múltiple direccionalidad cuando al dividirse se haya reconocido inatrapable. Incapturable, y no por ser espíritu invisible; sino por ser tan inasible como las mismas variaciones sobre un mismo ente dispuesto en un telar para seguir repitiéndose hasta que hartazgos de arañas hagan telas. Telas, y más telas mientras ellos se dupliquen dividiéndose hasta desencontrarse frente al espíritu primario e iniciático.
Hasta saberlo singular, y carente, e inadaptable por desconocer telares sobre la vastedad donde su parto se ha librado. Hasta pluralizar los mismas plurales de sus organismos fantasmales. Hasta dividir singularidades, y saberse singular múltiplo en constante duplicación y decisión, de su única variabilidad por ser espíritus del espíritu.

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