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17/3/23

Rubor cónico


Mientras la clandestinidad pertenecía, máculas de benemeritudes conglomeraban el incierto rubor.

Mientras la probidad de cónclaves pertenecía,

mientras la probidad dominaba aglutinaciones de fehaciencias congénitas.


Sin pesar, la emanación de vértebras aglutinaba una columna cósmica;

sin pesar, las vinculaciones derramaban un carmesí holocáustico;

sin pesar, los rotundos ceses pertenecían a presagios de vapuleares indómitos.


Sin embargo, sofistico cada náusea, cada vejamen, cada concavidad

itinerando volumetrías de restos convexos.


Ante la merma despierta un volumen cónico;

ante la merma duerme un volumen nauseabundo.

10/3/23

Presagio

 

Antorchas de ilusos fuegos desarmaban aglutinaciones beneméritas;

hasta los confines,

hasta las emanaciones;

hasta la misma probidad de andanzas parturientas.


Cada misantropía resurgía entre desmanes de insanías vapuleándose bajo los dominios de itineraciones constatadas cuyas máculas resurgían durante los fuegos de inmiscuyentes capsulares.


Tedio al temor,

vínculo al origen;

oráculos de soñolencias adivinas presagian las audiencias durante los recodos de todo agnosticismo.

3/3/23

Volumetrías

 

Miríadas de disoluciones aunaban perplejidades volumétricas.


El apogeo de certezas redundaba ante misantropías de un clamor agnóstico.


Un pagano rito desenvolvió su ápice hasta un vértice volumétrico; cuando el cubo, cuando los cubos, desarmaron un desafuero ubicándose fehacientemente ante las orillas de una esfera voraz.


Cada volumen ocupa su osadía,

cada cuerpo geométrico disuena ante la misericordia de un trino locuaz;

y, así, cada eufemismo relame sonancias de cubos adquiriendo fervores de megalomanías insanas.

24/2/23

Capullo desmembrado

 

Insalubres osadías reinaban dentro de los capullos de una selva volátil.

Salubres quebrantos mitigaban penurias de un sol sin nacimiento, ni piedad, ni rencor.

Capullos volátiles afiebraban los tesones de una impiadosa probidad incipiente bajo la selva de exploraciones.

Soles sin nacimiento dominaban el frenesí intacto bajo los aglutinantes orfebres de quejumbres pesarosas.


Atino un capullo y lo desmiembro,

atino un capullo y bebo la sed de su garganta instaurada, febril, osada;

un capullo se desmiembra cuya sed beben gargantas frenéticas.

17/2/23

Misticismo

 

Durante penurias el misticismo hierático consumó las plegarias;

arrimó su longevidad, arrimó su espureidad bajo las inconclusiones de beneméritas cofradías.


Durante los ocasos de las conclusiones el misticismo hierático desusó alquimistas demoledores.


Pero concluyó el diafragma, pero concluyó la sed, pero impulsó su adivino percance bajo las intermitencias de carruseles donde toda hilvanación ovilló su itinerario estandarte.


Mientras, aquel misticismo hierático, cuya relevancia acunó olvidos, visceró, calumnió y deshizo toda penuria ante las estridencias de un sol febril.

Mientras, aquel misticismo iracundo fingió estridencias ante las lunas de una incipiencia veloz.

10/2/23

Austerización

 

Dictó un módulo mordiendo la sepultura de mónadas viscerales tras ungüentos de una austeridad gnóstica pusilanimizando el plenilunio de fehaciencias durante la ahitez de percances fulgurosos tras insapiencias de insanos miramientos;

concluyó la herida,

erizó el tallo,

columpió la herida.


Mordió, una prudencia, fisonomías;

mordió una catapulta sus aceros cósmicos durante los trineos de sigilosidades volitivas contemplando las instauraciones de un mausoleo ficticio redundando en explicaciones inhabidas de una insignificancia.


Concluyó la herida,

erizó el tallo;

columpió la herida carruseles autónomos durante la misericordia cuya restauración descendió abismalmente.

3/2/23

Símbolo

 

Entre simbologías y un mundo sin luz, habían hombres y mujeres pujando sobrevivir ante afrentosas penurias. Unos morían, otros vivían entre estropicios de peldaños y vacíos.

Dilaciones catacúmbicas

 

La mácula orfebreaba dilaciones catacúmbicas.

El pesar emanaba dilaciones catacúmbicas.


Dilaciones catacúmbicas.

Dilaciones catacúmbicas agnostizaban beligerancias de estragos adoquinados mientras las esferas de todo sol reproducían astas de vientos salubres.


Sin embargo, persuado la obliteración, la remembranza, la pusilanimidad.

Sin embargo, restriego, sobre las esferas de todo sol, dilaciones catacúmbicas.

27/1/23

Rostro

 

Ante la calma de un espurio agnosticismo,

durante su veja, durante su probidad;

ante la calma de un ateísmo probo.


La ceja de un párpado aglutinado.

La ceja de un iris aglutinado.

El rostro sin alma rebusca sus deidades.


Ante la huella, mermo;

ante la definición, holocausto;

durante la herida de un rostro despojado lastiman aquellos ojos remembranzas fatales.

20/1/23

Tronidos del trueno

 

Mientras la antropofagia de los vientos deglutían el sol, cada menoscabo, cada vínculo, deshacía los horizontes. Al preferir la osadía de los vientos, al pertrecharla, al escatimarla, al ceder cada precipitoso desmán, rugían entre alturas las misericordias cruciales.

Sin embargo, ese frenesí aturde verborragias tan veloces siendo tronidos de los relámpagos acuciantes; siendo desmán, siendo agnosticismo, siendo plegaria de una sequedad continua. Pero, llueve; pero lagrimean los soles un mundo cuyo cielo partido derrama tronidos holocáusticos.

Sin embargo, la eficacia asiduaba refranes de corduras en aquella bóveda ya gris, ya pulsante, ya agujereada. Porque estaba partida, por el trueno, por el relampagueo, por esa furia de dioses desacatándose bajo el frenesí de un infierno celeste. Y sus precipitaciones, y sus estertores, y sus afrentas, colmaban las patibularias emanaciones con somníferas decapitaciones del cielo inclemente.

Miré hacia un lado, miré hacia otro. Miré el suelo, tan desalmado como el cielo; tan sediento, mientras los tronidos del trueno continúan partiéndolo.

Oí el silabeo de deidades ya muertas ante la pasividad de un cielo ya muerto por los truenos. Y, así, comienza la tormenta, y, así, se inicia el estupor. Y, así, se eriza cada tronido contra las pululaciones de una bóveda nefasta.

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