Entrar en la luna.
Morder la lágrima del hilo dormido.
Observar la sangre de agua reiterada.
Entrar en la luna. Penetrarla.
Despertar la imploración del ovillo sincero.
Conservar la audacia de la aguja jovial.
Entrar en la luna.
Morderla, observarla, despertarla, conservarla.
Entrar en la luna, caber, y, luego,
entrar en el sol.
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