Prácticas ufanadas reiteraban la carne de un hueso columpiando
sobre partículas de voz
hasta acechar
hasta medir
confluencias de adustas ilusiones.
La carne ósea visitaba afluencias paradigmáticas
donde un punto es veloz
donde un punto es mérito
bajo la vértebra de una terminal carnívora.
Huelo el rapto
huelo la figura
desmayo el hueso
y enciendo y apago el olfato de un calambre veloz.
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