Absorbe un presagio la mácula adivina de las profanaciones.
Un rechazo arriba cubrimientos de cimientos inocuos.
Un permiso atiende siderales antagonismos de mechas indistintas.
Absorbe un presagio;
derrama, derrite, apabulla, nimiedades hasta las emanaciones de un precipicio desusado.
Absorbe un presagio;
reclama y postula, adhiere y desalma,
rechaza y permite.
Rechaza y permite oblongos sitiales de certezas abrasadas.
Así reitero, así repito,
tan solo un presagio rechazado y permitido,
tan solo muerto, tan solo vivo,
solamente durmiendo patíbulos de inserciones aplicables.
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