Admitían moluscos
paganos los engaños permitidos.
Consideraban cada cuerpo
un telón persuasivo.
Corrían frecuentemente
hacia malabares atónitos.
Admiten, consideran,
corren;
pero,
admitirán claroscuros
perpetuos,
considerarán alforjas de
timbres,
correrán vehiculares
propósitos.
Pero, cuando disponga un
refugio su apertura hacia los séquitos.
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