Continúa, perpetra
angosturas un nido salvaje.
Continúa, persigue
hacinadas vértebras un hueso dorsal.
Continúa, perpetra,
persigue;
aúna un manto su tedio
vivificante sobre fuegos de extinción.
Y, aún proclive, y, aún
calamitoso,
siguen las mareas los
humos de las destinales continuaciones.
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