Ofrecen desmanes las
meritorias finitudes;
despiertan el eco,
duplican las tropelías.
Cuando aguas casuales
arruinan los remansos,
se vierte el estropicio,
se vierte el engaño,
se deshace la jubilosa
calma atornillada bajo cristalerías.
Cuando arenas
misericordiosas pululean terminaciones,
recaen sus tormentos,
recaen sus fruiciones,
y se revierten mareas de
polvo sobre orfebres tornillos.
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