Acudían recuerdos en
nidos de sangre,
volcaba cada uno su brío
incuestionable.
Acudía lo arcano, lo
palaciego,
lo instaurado y lo recio.
Vértebras de somníferos
aquietados,
espeluznaban discursos
mordiéndose, aletargados y aledaños.
Lo recio, lo instaurado,
lo palaciego y lo arcano,
cimentaban remembranzas
durante la noche del sol cruento.
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