Brota un diálogo
incomprensible.
Se arrojan dardos de tez
curvilínea sobre mares despidiéndose.
He sido fiel de fidelismos
agrupados,
de fidedignas sentencias a
costumbres desposeídas.
He sido testigo de cuanto
arrobo constelara bajo curtiembres invisibles.
Hoy ya no continúo, ya no
acompaño, ya no permito.
Hoy ya no cedo, ya no caigo ni
despierto poseído del quebrantable abandono de aquellas huellas.
Mañana seguiré hasta consolar
y perpetrar una desolación,
desquiciando dudas y
retracciones sonámbulicas.
Mañana seguiré porque hoy no acepto,
porque hoy ya no se arrima mi fe contra el acero
de las convicciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario