Desoír,
templado amuleto consolando
palabras insípidas.
Desoír,
ahuyentándose el sordo tímpano
arruga las frases mientras piensa,
en dejar de rellenarse,
en dejar y librar sueltas
melodías ante comparaciones de otros trigales.
Esfuerzo la manivela, camino
despierto;
desoigo y arrellano a quienes
mintiéndome sulfuran caricias entre velados tiempos de carromatos.
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