De muertes, de inmortalidades
yéndose a tumbas de nadie.
Solo reconozco el viento al
verlo llevar esas cenizas,
y nadie ocupará mazmorras que
quiten preámbulos de fines,
de tiempos silentes, de idas a
cacerías de los últimos.
Solo reconozco los aires, pero
también los filos,
los cortes y la sangre de las
guadañas que meras participan en celdas de bruma.
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