Las huellas de los cadáveres se
enlistaban,
los suplicios se encontraban y
austerizaban;
mientras, alrededor,
existencias cobraban su paso a través de dondes para participar.
Los pasos de las tumbas se enrollaban,
y cada hueso, cada mármol;
cada pez, y cada figura se
ubicaba indistinta donde participando te clamaban.